El Acueducto de Algeciras es una de las construcciones más importantes de las que se realizaron en la ciudad durante sus primeros dos siglos de existencia. Numerosos libros de texto, diccionarios y guías de viaje nombran esta construcción en su entrada sobre Algeciras como acueducto romano o árabe aunque fue construido en época moderna.
La necesidad de traer agua potable a la ciudad desde las sierras próximas fue un tema de notable interés a finales del siglo dieciocho pues aunque el Río de la Miel y numerosos pozos de patios particulares abastecían a gran parte de la población el crecimiento de la ciudad hizo necesaria la creación de fuentes públicas. De este modo las obras del nuevo acueducto comenzaron en 1777, acabando en 1783, poseía dos tramos, el más lejano situado en la barriada de El Cobre y conocido precisamente con Los Arcos de El Cobre y un tramo más cercano en la barriada de La Bajadilla hoy casi desaparecido debido a la gran cantidad de edificaciones que se le han adosado.
El acueducto transportaba agua del Río de la Miel desde las sierras próximas hasta cuatro fuentes diseminadas por la ciudad, la Fuente Nueva, las dos fuentes de la Plaza Alta, una fuente de la Plaza Baja y una más cerca de la desembocadura del río en la Avenida de la Marina.
Actualmente se conserva en relativo buen estado el tramo de El Cobre, que además ha sido restaurado e integrado en su entorno como zona verde, el tramo de La Bajadilla sin embargo se desplomó en gran parte de su longitud en los años sesenta y los pocos arcos que quedaron en pie, fueron absorbidos por diversas construcciones quedando incorporados a ellas, queda en pie un tramo con cuatro arcos en la Avenida Aguamarina que, tras la demolición en 2008 de algunos garajes construidos por particulares se encuentra en proceso de restauración e integración en el entorno.